No se qué pasa pero cuando tengo que hacer algo por obligación en cierto espacio de tiempo, aunque me guste aquella actividad que deba realizar, la voy dejando y sólo pensar en llevarla a cabo, me va pareciendo cada vez más tediosa. Y claro, mientras se hace más difícil el ponerse a trabajar, el tiempo pasa, y cuando te despistas, te encuentras de madrugada haciéndo lo que has ido dejando. Y te maldices prometiendo que a la próxima te programarás, y que además, lo cumplirás. Pero no se yo por qué extraño mecanismo, llega la próxima y te olvidas de lo prometido. Vamos que en la piedra esa tropiezas las veces que haga falta. Lo curioso es que no me pasa sólo a mi, igual es un problema generacional.
Mi madre me dice que cuando ella estudiaba, lo hacía todos los días, que se hacía esquemas, y que yo no pego ni chapa. A mi todo eso me suena a "empollón codosrotos", y a quien se lo comentes, al menos de nuestra generación, le va a sonar a lo mismo.
Nuestra prioridad es la vida social, la libertad, y todas esas paridas que se dicen. Creo que en ocasiones nos olvidamos de lo que es importante y nos dejamos llevar por las circunstancias. Llegará un momento en que la ley del mínimo esfuerzo no sea aplicable, y aquí estamos esperando ese momento.
¿Por qué narices no ponemos solución? me lo pregunto constantemente, y tengo la impresión de que no lo hacemos porque estamos siempre esperando un estímulo exterior. Igual generalizo, pero es una especie de actitud pasiva muy arraigada entre los jóvenes, bueno y entre algunos que no son tan jóvenes, también. Hasta que no está el estímulo de "que me pilla el toro" cuando el tiempo se nos echa encima y no hemos cumplido, no nos ponemos manos a la obra.
Es esta pues, una actitud general. Por ejemplo, la mayoría de gente joven lo que hace el fin de semana es salir el sábado a beber, a bailar, y a ligar. Está muy claro que hay de todo, y no digo que no esté bien bailar, beber y eso, pero bueno, en la variedad está el gusto.
No se a quien atribuir la responsabilidad de esta pasividad tan común entre nosotros, así que mientras me lo pienso me temo que tendré que idear algún truquillo para ponerme las pilas.
Supongo que en el fondo somos seres deprimidos, que necesitan muchos estimulos para hacer las cosas con ganas, obviamente no todos somos así pero esta generación parece que está marcada por eso.
ResponderEliminarEscribes muy bien e interesante
saludos
andrés