Si en una balanza se colocaran el derecho al honor y el derecho a practicar los ritos religiosos en público, muchos se decantarían por el primero. Y no sería de extrañar, pues sin honor y sin igualdad no se puede vivir; pero sin expresar la religión en lugares comunes, sí. Sin embargo, este hipotético peso no justifica en absoluto la aplicación en Francia de la ley que prohíbe el burka y el niqab en los espacios citados, y algo que parecía bastante claro no está resultando fácil de aplicar en la práctica.
Tal es así, que la entrada en vigor de la norma ha suscitado múltiples controversias; controversias entre las que se mezclan conceptos como el de libertad, seguridad, identidad u oportunismo político.PINCHA AQUÍ PARA SEGUIR LEYENDO
Es deber mínimo de la humanidad luchar contra la opresión a las personas, si existe una práctica cultural o religiosa que atente contra la libertad de las personas, está práctica debiese ser catalogada como inconstitucional y antidemocrática, ya que atenta contra el derecho a la libertad que tienen todas las personas.
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