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lunes, febrero 22, 2010

EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON


El curioso caso de Benjamin Button es otro de los cuentos del escritor norteamiericano Francis Scott Fitzgerald, y el que da nombre a la antología en que se recopilan sus ocho relatos más importantes. Ésta lleva el nombre de El curioso caso de Benjamin Button y otros cuentos de Francis Scott Fitzgerald.

Sin embargo, la escueta novela fue inicialmente publicada en la revista Collier (el 21 de mayo de 1922), y a posteriori se incluyó en su libro Tales of the Jazz Age.

Como otros muchos autores, Fitzgerald critica la sociedad de su época, una sociedad caracterizada por la falta de valores, donde la reputación y las apariencias son el eje central. Para la realización de tal sátira el autor se vale de un singular personaje, al que dota de una particular y fantástica historia.

Dicha narración debe ser entendida sin olvidar que durante su elaboración el autor se encontraba en plena crisis matrimonial, hecho que se trasmite en la descripción de la mujer del protagonista.


El argumento gira entorno un único personaje principal, Benjamin Button, un hombre que nace anciano y que va rejuveneciendo con el paso de los años. Este proceso de crecimiento inverso al del resto de los seres humanos le permite tener una visión distinta del mundo en que vive, visión irónica que trasmite el autor y de la que hace uso para criticar ese ambiente en el que él mismo se desenvuelve, y que desprecia.

La historia se inicia con una breve introducción que apela directamente al lector y lo sitúa en el relato, mediante los sentimientos del señor Button (quiere tener un hijo varón y que vaya a Yale) y la descripción de la acomodada situación de la familia (“estaban emparentados con los señores de tal y de cual”). Después de tan justa introducción, se comienza a relatar el significado del nacimiento de Benjamin.

Desde el principio se observa ironía, sarcasmo y crítica social. El médico y el personal del hospital son individuos extremadamente histriónicos, preocupados por su reputación y la de la clínica, faltos de escrúpulos o empatía alguna con los padres del recién nacido.

El padre del neonato no se salva, aunque después se le describe como un hombre un tanto rudo y cabezota que llega a querer y a acostumbrarse a este extraño hijo, al que intenta seducir con los juegos y placeres de los niños de su edad.

Pero el protagonista no puede realizar las mismas actividades que aquellos nacidos en su mismo año, y tampoco le interesan, pues ya nace con el cerebro desarrollado y con la capacidad de raciocinio y de articular palabra.

Todo esto induce a cuestionarse si no será todo lo que hacemos una mera convención social, sobre todo cuando el progenitor le compra soldaditos de plomo, trenes de juguete, o animales de algodón.

La madre de Benjamín no es significativa, aspecto a destacar dado que las mujeres en las narraciones de Scott Fitzgerald suelen tener cierta importancia.

En general, la mayoría de los personajes con los que Benjamin Button se relaciona, son egoístas e hipócritas, incluso su mujer e hijo. Un ejemplo extremo de dicha falsedad se da cuando el general Moncrief (padre de su mujer) se reconcilia con él cuando le da una cantidad de dinero para que publique una historia sobre la Guerra de Secesión.

Trascurridos unos años desde el momento de su boda, Benjamín se alista en el ejército, harto de su mujer. Al regresar, su vida se le antoja todavía más deprimente. Continúa rejuveneciendo, asustado, y acaba conviviendo con su hijo, hasta que se convierte en un bebé, momento en que pasa a estar al cuidado de una niñera. Poco después fallece.

Durante el trascurrir de estos acontecimientos, se muestran los pensamientos inocentes, la rabia, la impotencia, las iniquidades a las que es sometido Button, con un estilo sencillo y plano, pero a la vez romántico y que despierta la ternura, la ira y la pena (en el caso de los sucesos de la universidad).

Se llega a apreciar, a querer, en tan corta novela, al protagonista, cargado de inocencia. Frases como “a Benjamin los cincuenta le parecían una edad gloriosa” que llega a poseer bajo el aspecto de un hombre de esa misma edad, provocan una sonrisa.

La escritura de Scott Fitzgerald tiene asimismo su lado cómico, cuando relata por ejemplo,que la gente comparaba al hijo de Roger con su abuelo a la hora de establecer un parecido con algún miembro familiar (como es costumbre incluso todavía).

La fantasía y el irrealismo se encuentran presentes a lo largo de todo el cuento. Sin embargo, la historia resulta extremadamente verosímil, mérito de su autor a considerar.


Recientemente se ha realizado una adaptación cinematográfica de El curioso caso de Benjamin Button, dirigida por David Fincher y protagonizada por Brad Pitt. Pero la historia dista de parecerse, pues tan sólo mantiene la idea del envejecimiento a la inversa.

Otra curiosidad relacionada con el mundo del cine y Scott Fitzerald, es que Gregory Peck interpretó al escritor en Días sin vida. Malcolm Gets lo hizo en La señora Parker y el círculo vicioso.


Así pues, puede decirse que el influjo de El curioso caso de Benjamín Button ha sido considerable, puede que por su crítica o tal vez por su originalidad. Pero lo que sí es cierto es que pone de manifiesto aquello que decía Mark Twain: “es una lástima que el mejor tramo de nuestra vida esté al principio y el peor al final”

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