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lunes, febrero 28, 2011

¿Discriminación positiva?

“La primera igualdad es la equidad”- Víctor Hugo.



A propósito de la celebración del Día Europeo de la Igualdad Salarial el lunes 22 de febrero, diarios como ABC, El Mundo, o El País, dedicaron un espacio a noticias y reportajes sobre la igualdad salarial entre hombres y mujeres. En casi todos ellos se reflejaba el siguiente dato: las mujeres europeas necesitan trabajar 53 horas más al año que los hombres para cobrar lo mismo. Tras el escándalo inicial, cabe preguntarse cómo se ha obtenido esta cifra.

En la misma línea, y con el Día de la Mujer Trabajadora a la vuelta de la esquina, otra de las cuestiones más comentadas en los medios,ha sido también otro dato, el de que el 75% de los hombres está más satisfecho con el equilibrio entre vida laboral y vida familiar cuando su jefe es del sexo femenino. Y en el contexto de estos debates ha tenido cabida la llamada “discriminación positiva”

El término en sí mismo resulta contradictorio, pues discriminar es “Dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etcétera”. Añadir “positiva” comporta darle la vuelta al concepto, obteniendo como resultado aquello que contempla la RAE : “Protección de carácter extraordinario que se da a un grupo históricamente discriminado, especialmente por razón de sexo, raza, lengua o religión, para lograr su plena integración social.”Algunos medios han optado entonces, por referirse a la “discriminación positiva” con la acepción “acción positiva”, refiriéndose con ella a aquellas acciones que se llevan a cabo para mejorar las condiciones de la mujer en la sociedad. Ofrecer más plazas para mujeres en un determinado trabajo o decantarse por ella ante dos candidatos sólo diferenciados por su sexo, serían un ejemplo de este tipo de acciones.

¿Pero de verdad las mujeres necesitan estas iniciativas?¿Hace falta esta protección?

Volviendo a las 53 horas de más que necesitan trabajar las féminas respecto de los varones, es vital saber la procedencia y obtención de este dato, pues es evidente que si se trata de una media entre trabajos de mujeres en general, y trabajos de hombres en general, las primeras salen perdiendo simplemente por una cuestión histórica. Además, ¿es cierto que los hombres cobran más aunque desempeñen el mismo trabajo que ellas?

Es importante destacar que en España la mayoría altos cargos son varones, y que estos puestos están mejor remunerados que el resto, cuestión que afecta a la mencionada media. La situación se entiende fácilmente si se tiene en consideración que el acceso a la universidad de las mujeres no estuvo permitido hasta 1910, y que su normalización no se dio hasta mucho más tarde.

Para ocupar un alto puesto se necesita experiencia, y ésta sólo se consigue a través de los años, años en los que como se explica, los hombres llevan ventaja. Y por esto mismo, en otros países como Filipinas, existe un 58% de directivas, y en los Estados Unidos, la mujer es responsable del 89% de las cuentas bancarias.

La discriminación positiva tiene inconvenientes. No sólo muchas mujeres se muestran contrarias a ella porque se presupone que necesitan ayuda para conseguir ciertos objetivos, sino que además las repercusiones sobre el contexto en el que se llevan a cabo estas “acciones positivas” pueden ser terribles. Es el caso de Suecia, que en 2003 privilegió el acceso de los hombres a la universidad, pues sólo un 40% de ellos accedía a estos estudios. El resultado fue que el 95% de las solicitudes rechazadas fueron de mujeres, mujeres mejor cualificadas que los varones que accedían a estas enseñanzas. Además, la medida propició un clima de confrontación y rivalidad entre estudiantes prácticamente insostenible.

Resumiendo, la discriminación positiva nunca puede ser buena, pues implica una injusticia hacia otra persona (que históricamente no ha sido discriminada, pero que ahora lo será). Convendría cerrar definitivamente este círculo vicioso, convendría elegir al mejor, al más cualificado, convendría en definitiva, darle sólo preferencia a la equidad.

10 comentarios:

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  2. No estàn perjudicades! no pense això en absolut!

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  3. El motiu que hi haja dones que SÍ estan perjudicades és perquè un empresari masclista de merd... així ho vol. En aquests casos hauria d'intervindre la magistratura de treball, prèvia denúncia, evidentment. El problema és que poques voltes es denuncien estes situacions.
    Les dones perjudicades per sistema, a granel, no existeixen. De fet, jo mai he tingut cap companya de feina que cobrés menys diners que jo fent la mateixa feina. Recalque: la MATEIXA FEINA, no una d'inferior categoria.
    El victimisme femení, o millor dit feminista, és molt patètic. Si jo fós dona em faria vergonya ser tractada com una persona inferior, que és el que fan aquestes lleis.
    Bon article.
    Un beset.

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  4. Compartisc la teua opinió pero no la respecte.
    Jo tinc un principi molt vàlid per a explicar aquestes coses. Crec sincerament en que TOTS som diferents, homes, dones, raçes, cultures... es innegable, però aquesta diferència va molt més enllà. Un individu es totalment distint a un altre, si el comparem amb algú de l'altra banda del món, un veí, o un germà bessó... Aquesta diferencia intrínseca de la naturalesa humana, per força ens indica que qualsevol intent de classificació de grups humans, serà sempre inútil i ineficaç. Amb aquestes premisses, tant discriminar com donar avantatges a un individu per pertanyer a un grup concret, está fora de raó.
    El problema, crec que és el que apunta Vicent. Als treballadors se'ls ha de conrtactar, per les seues aptituds i experiència i punt.
    I clar, a l'empresari, hi ha que educarlo...

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  5. Clar, però si és el que jo dic, que el que s'ha de valorar són les aptituds de cada persona, i no discriminar, per això defense l'equitat i que es trie al millor, per això done a entendre que no cal cap tipus de discriminació, ni la positiva

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  6. ¿Con quien hay que hablar para proponerte como Ministra de Igualdad ?

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  7. jajajaj,política caca,caca!

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  8. No es de recibo el victimismo que, desde ciertos sectores de la “progresía” y del feminismo, de la discriminación de sexo -que no de género- se ha hecho en el terreno laboral. Desde el punto de vista profesional, es inconcebible que un responsable empresarial pueda no guiarse, para una selección de personal o la asignación de responsabilidades, por otro norte que no sea estrictamente la valía personal del individuo desde la perspectiva de su formación, su capacidad para el trabajo y dinamismo, además de su espíritu innovador y de equipo. Si luego la persona elegida es discriminada por razón de sexo, es que el responsable empresarial no es tal o es un machista integral, además de un subnormal profundo. Actuaciones discriminatorias, de cualquier tipo en una empresa, solo producen desmotivación de todos o parte de los integrantes de la plantilla. La discriminación “positiva” de alguien, forzosamente lleva aparejada la negativa –siempre lo es- para otro, lo cual es totalmente injusto porque no hay un solo fin que justifique los medios. Eso sí, en la empresa privada no vale esconder el hombro; hay que ganárselo todo a puro "güevo".

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  9. Sí, y además es curioso que la palabra "feminista" no tenga las mismas connotaciones que la de "machista"

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